El Gran Fragmento dividió el mundo de [[Varstavia]] en regiones regidas por diferentes energías elementales. Cada región comenzó a resonar con una de las disciplinas mágicas, desarrollando ecosistemas y culturas únicos adaptados a la magia dominante.
Fuego: Las llanuras ardientes de Ignis Eterna son el hogar de volcanes eternamente activos y mares de lava. Los magos del Fuego dominan la destrucción y la energía pura, canalizando la pasión y el caos.
Hielo: En los gélidos territorios de Glacius Septentrion, los magos del Hielo controlan la estasis y el frío absoluto. Su magia simboliza la paciencia y la preservación.
Tierra: Los vastos valles y montañas de Terranova albergan a los guardianes de la magia de la Tierra. Representan la estabilidad, la fuerza y la conexión con la naturaleza.
Luz: En los altos templos de Lumina, los practicantes de la magia de la Luz canalizan la pureza y la protección. Su poder ilumina las almas y destierra la oscuridad.
Oscuridad: En las sombras profundas de Umbra Noctis, los magos de la Oscuridad abrazan lo desconocido. Su magia representa el misterio, el miedo y el potencial de lo oculto.
Iluminación: Una magia rara que combina la comprensión intelectual con la inspiración divina. Los magos de la Iluminación provienen de las islas flotantes de Elythia, donde combinan ciencia y espiritualidad.
Aire: Las extensas llanuras celestiales de Céfiro Altus son el dominio de los magos del Aire. Representan la libertad, la velocidad y el cambio.
Agua: En los interminables mares de Aqua Marina, los magos del Agua dominan las corrientes y las mareas, simbolizando la adaptabilidad y el flujo constante.
Vacío: En el abismo de Nulla, los magos del Vacío controlan la ausencia, la nada y los secretos del espacio entre la materia. Su poder es peligroso y a menudo incomprendido.
Tiempo: En los mástiles cristalinos de Chronos Aeternum, los magos del Tiempo exploran las corrientes temporales. Controlan el pasado, el presente y vislumbran futuros posibles.